Netflix ha vuelto a mover ficha en su estrategia de precios, y esta vez el cambio afecta directamente al bolsillo de los usuarios que prefieren disfrutar de sus series y películas sin interrupciones publicitarias.
Sin previo aviso, la plataforma ha eliminado su plan básico sin anuncios, que hasta ahora costaba 7,99 euros al mes. A partir del 1 de septiembre, esta opción dejará de existir, obligando a los suscriptores a elegir entre pagar más por un servicio sin publicidad o conformarse con anuncios para ahorrar unos euros.
Esto es lo que ahora cuesta ver Netflix sin publicidad
Hasta hace poco, el plan básico sin anuncios era la alternativa más económica para quienes tenían una cuenta de Netflix y querían evitar la publicidad, aunque con limitaciones: solo permitía un dispositivo a la vez, no incluía descargas en alta calidad y su resolución máxima era HD (720p).
Sin embargo, para muchos, el hecho de no ver anuncios justificaba esas restricciones. Ahora, con su desaparición, Netflix deja solo tres opciones: el plan estándar con anuncios (6,99 €), el estándar sin anuncios (13,99 €) y el premium (19,99 €).
Quienes no quieran ver publicidad tendrán que asumir un coste mensual de 13,99 euros, casi el doble de lo que pagaban antes.
Por otro lado, si optan por el plan con anuncios, ahorrarán un euro al mes, pero tendrán que lidiar con interrupciones publicitarias y un catálogo algo más reducido. Lo llamativo es que, si los usuarios no eligen activamente una nueva suscripción, Netflix los trasladará automáticamente al plan con anuncios.
Por si te lo preguntabas, no, no es casualidad. Netflix ha encontrado en los planes con publicidad una oportunidad para captar nuevos suscriptores. Según datos de la compañía, en mayo de 2024 ya contaba con 94 millones de usuarios en esta modalidad, un aumento significativo frente a los 70 millones registrados a finales de 2023.
Parece que, para muchos, el ahorro mensual pesa más que la incomodidad de los anuncios, algo a lo que ya estamos acostumbrados gracias a la televisión tradicional y las redes sociales.
La pregunta que queda en el aire es si los usuarios aceptarán este cambio de modelo sin rechistar o si buscarán alternativas a Netflix que les sigan dando libertad. Lo cierto es que, con esta jugada, Netflix ha conseguido que pagar por ver anuncios esté volviendo a ser la norma, tal y como ocurrió durante décadas con la televisión. Y, por ahora, la estrategia le está funcionando.
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